martes, 23 de septiembre de 2014

Plas-mación (5)

Plas-mación (5)







Seguimos observando la realidad a través de la cámara fotográfica y tras ella o a través de ella llegamos a la abstracción.







Al fin y al cabo, la abstracción es solo una cuestión de escala. Si tomamos un detalle de una pintura figurativa y la ampliamos hasta que deje de tener un significado realista,  ¿Su resultado no viene a ser una pintura abstracta?





De modo que sigo plasmando la abstracción, intentando tener sensaciones similares a las que me produciría la realidad como nos lo ha enseñado nuestro cerebro. Como se puede apreciar,  busco escenas que se diferencien de las anteriores en composición y cromatismo, ya que la forma se queda en segundo o tercer lugar.






  
Otro ejemplo, 





Las ideas las tengo claras, pero necesito la retroalimentación de los observadores. 

Cuando muestro la fotografía como referencia al cuadro abstracto (plas-mación), obtengo manifestaciones muy comprensivas y halagadoras incluso. Sin embargo cuando se contempla solamente la plas-mación la respuesta no es tan gratificante ni explícita. 

¿Por qué?

Nos vemos en la próxima entrega.



















5 comentarios:

  1. quizás no deberías enseñar la foto... ;)
    PiF

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  2. José Luis

    ¿Cómo va todo?...

    Aprovecho tu pregunta de la semana para enrollarme un poco.

    A veces, nuestro amigos o familiares nos halagan, pero puede quedarte la duda razonable de si el halago responde a un punto de vista artístico, o es simplemente una muestra de cariño por el esfuerzo y el empeño que ponemos.

    El mecanismo de transformar la imagen de la realidad en una pintura, ya sea abstracción, impresionismo, expresionismo, o cualquier otra forma conocida o por conocer, es comprensible para muchos. La expresión de los sentimientos o la valoración de una obra dada de forma coherente, creo que es mucho menos fácil para la mayoría.

    En todo caso, la reacción en los espectadores ante la contemplación de una obra concreta depende de factores intrínsecos del observador y poco o nada tienen que ver con la perfección de la obra o las intenciones del autor. Pongamos un ejemplo, a mi me gusta mucho la obra de Van Gogh y mucho menos la de Picasso, aunque pueda apreciar algunas abstracciones extraordinarias en algunos cuadros de este último.

    Bueno, ya va bien de parrafada... A ver si ya empezamos el curso formal y podemos salir a dibujar. ¿No?

    Un abrazo,
    JM

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    1. Gracias JM, estoy completamente de acuerdo, claro que depende de factores intrínsecos del observador, pero dichos factores se han formado a lo largo de la vida y cada uno ha vivido la suya, sin embargo (y a lo mejor peco de pretencioso), creo que puede existir algo en cada uno, llámalo subconsciente, que puede vibrar de alguna manera ante un cuadro abstracto, sin necesidad de que nadie le diga lo bueno que es y despojándose de esa búsqueda machacona de un parecido con la realidad.

      Ahora la parrafada la he dejado yo. Por cierto el curso lo empezaré oficialmente el sábado dibujando en Cuenca. Esperaba que nos veríamos allí.

      Un abrazo
      Robalt

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  3. Pues mira, Jose Luis, el que no tengas las mismas reacciones cuando mandas el original fotográfico que cuando tan sólo muestras el cuadro, olfateo que se debe a que en la primera opción hay como una suerte de mágia, un transformar la realidad de forma radical y en un pispás: una especie de ¡ale hop!, de palomas escapando de la chistera.
    Y eso... siempre fascina al mono sapiens.

    Abrazo.
    GPJ

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    1. Si es un poco mágico y la magia gusta a todo el mundo.

      Gracias GPJ por el comentario.

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