jueves, 2 de marzo de 2017

Las grullas de Gallocanta

Hemos llegado muy pronto. Jose Ramón quiere que busquemos a Uge, pero Uge no para de moverse de aquí para allá. Finalmente Jose Ramón acepta mi propuesta y nos aventuramos por algunos de los caminos que nos permiten acercarnos a la laguna.


Llegamos a un recodo del camino. Si giramos a la derecha nos alejamos del gruir de las grullas. Aparcamos entonces a un lado y sacamos nuestras cámaras. Un letrero nos avisa de que no podemos adentrarnos más allá, ni con el coche ni andando. Están un poco lejos pero con nuestros objetivos distinguimos a las grullas. Siguen gruyendo sin parar. Cada vez llegan más, esto parece una convención. Disparamos con nuestras cámaras y dejamos constancia de nuestro primer contacto con ellas.









Después de comer nos vamos al Centro de Interpretación que queda más cerca de Bello y asistimos a la recogida de las grullas tras pasar todo el día por los campos aledaños comiendo grano. Cuando se pone el sol vuelven a la laguna para pasar la noche.

El gruir constante de las grullas se convierte en una melodía que nos acompañará durante todo el fin de semana, siendo este sonido, más adelante, suficiente motivo como para emocionarnos.








Casualmente el sábado vemos amanecer desde el mismo sitio en el que estuvimos el viernes Jose Ramón y yo. Pero en esta ocasión a -7º  y con un viento que hace que parezca que estemos a menos de 10º bajo cero. Después de sacar unas cuantas fotos me meto en el coche para intentar recuperar el movimiento en los dedos de los pies.

Hemos asistido a atardeceres de puro fuego. Las grullas que unos días antes de nuestra llegada se fueron hacia el norte, en busca de sus nidos, tuvieron el detalle de avisar a otras 40.000 o más que fueron entrando poco a poco durante todo el fin de semana.










A todo esto, Uge nos había preparado unas ponencias o charlas para que varios amigos nos contaran detalles de las grullas y curiosidades de la laguna como Agustín Catalán; nos introdujera en su mundo macro como hizo Pedro Javier Pascual; ensalzara la creatividad en la fotografía, para lo que Uge Fuertes solo tuvo que echar mano de sus fotos; o nos mostrara las montañas más altas y bellas de nuestro planeta y que se ha recorrido y fotografiado Javier Camacho. 


Levantarse antes de las 6 de la mañana, acostarse pasadas las 12 y asistir a charlas con proyección de fotos a media luz después de una copiosa comida, era una verdadera prueba de resistencia en la que más de uno sucumbimos a pesar de no dejar de luchar en ningún momento por no hacerlo, consciente de la calidad del material.





Pirolusita dentrítica arborescente , formación mineral que dibuja formas como estas en las rocas

Éstas están en la pared de una casa en Bello

Pudimos fotografiarlas acompañados por la dueña de la casa quien amablemente nos contó de qué se trataba, parecen grabados o dibujos chinos.



El domingo fue como si Uge y sus compañeros de la zona hubieran hecho el programa de acuerdo con las grullas. Primero nos acercamos a la laguna para ver cómo se despertaban y gruían a modo de saludo. A las diez nos desplazamos hacia una carretera por donde empezarían a pasar las primeras en abandonar la laguna de camino a casa. Y a las once más o menos, pero al aviso de Uge, nos subimos a las ruinas de un castillo para ver desde más cerca el paso de miles de grullas gruyendo mientras pasaban por encima de nuestras cabezas.











Las grullas pueden medir casi un metro y medio, con una envergadura de ala de más de dos metros y un peso de no mucho más de seis kg. Las más longevas alcanzan los 25 años, son monógamas, tienen un aspecto similar ambos sexos y suelen poner dos huevos que incuban entre los dos.

Vuelan en bandadas formando una uve para aprovechar el rebufo de los primeros. Las más débiles vuelan atrás y las primeros lugares los ocupan las más fuertes que se turnan entre ellas para ocupar la primera posición.


Camino de Madrid, pienso que a mi solo me separa de casa unos 250 Km y que sin embargo las grullas todavía tendrán que volar varios miles de km para llegar a la suya. Pero eso sí, su viaje será mucho más emocionante …, o no ¿Quién lo sabe?





2 comentarios:

  1. Verdaderamente emocionante este viaje en formación de a "V" o en coche.... : son pájaros enormes!!! y la foto del castillo con esa línea /látigo ..., y los arbolitos en las rocas y los paisajes rosas y grises helados: que exótico y familar la vez !
    Gracias por contarlo!!!
    PiF

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  2. Precioso reportaje, Jose Luis. Te envidio, aunque una estufita al lao no hubiera estado mal.
    Oye... ¿y qué hablarían de vosotros las grullas?
    GPJ

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