sábado, 2 de abril de 2016

Cotos, Peñalara, Claveles y Laguna de los Pájaros

Cuando vas a la montaña, y sobre todo si lo haces en invierno, la primera imagen que te imaginas es verlo todo blanco. Pero claro, si la noche anterior no nevó demasiado, los árboles suelen estar verdes en lugar de blancos y eso te puede llegar a  decepcionar. Error.




Tienes que disfrutar del paisaje que tienes ante tus ojos, porque no verás otro igual. Verás algunos parecidos, quizá otro año, pero no verás uno igual como el que tienes delante.

Según íbamos ascendiendo los árboles se iban viendo más blancos, lo que hacía presagiar el paisaje imaginado.



Las nubes también estaban empeñadas en mostrarnos lo blanco que puede llegar a ser el paisaje. A medida que la pendiente se hacía más dura, las nubes se volvían más tercas. Hasta que finalmente el blanco se hizo presente. Anduvimos entre nubes durante largo rato aunque pisábamos más de un metro de nieve.



Llagamos a la cumbre de Peñalara, el viento soplaba del Norte y nuestras fuerzas habían sido diezmadas tras superar más de 500 metros de desnivel y rescatar una y otra vez a nuestras piernas empeñadas en medir la profundidad de la nieve. Había que reponer fuerzas.



En ese momento y a pesar de la comida que me supo a delicatessen, habría firmado porque nos viniera a buscar un helicóptero.

Bajamos por los Claveles brújula en mano, las nubes volvían a saludarnos. ¡Muy efusivamente! Vamos, nos envolvían en un abrazo que nos cegaba. Pero en cuanto hubimos bajado algo más de cien metros, constatamos que la verdadera obsesión de las nubes eran las cimas de las montañas y que por debajo de ellas, a nosotros nos dejaban en paz.



La verdad es que a pesar del “sufrimiento” siempre relativo (un grupo de jóvenes de no más de 17 años, andaban por allí como si de un paseo se tratara), las sensaciones y las imágenes que se ven, son únicas.




Gracias a Eugenio que me llevó crampones y piolette para poder desplazarnos más seguros por la cumbre.



Y gracias a todos los intrépidos que como nosotros se acercaron a Peñalara y me permitieron sacar fotos como estas:






2 comentarios:

  1. Que pasada de recorrido, preciosas fotos, y buenos guantes supongo! Enhorabuena! Firmado:La diva siempre presente

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    1. Muchas gracias, Diva. Efectivamente no solo eran buenos los guantes, sino que además no podías quitártelos ni dos minutos.

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